La caries es una enfermedad causada por muchos factores que se caracteriza por la destrucción de los tejidos del diente como consecuencia de la descalcificación (pérdida del calcio de los dientes) provocada por los ácidos que generan las bacterias que se encuentran en nuestra boca.
La destrucción dental se asocia a la dieta rica en azúcares y ácidos contenidos en bebidas y alimentos. La caries dental se asocia también a errores en las técnicas de higiene así como pastas dentales inadecuadas, falta de cepillado dental, o no saber usar bien los movimientos del lavado bucal, ausencia de hilo dental, así como también con un origen genética o hereditario.
Regularmente el proceso de la caries se inicia en el esmalte de la corona (parte visible) de los dientes y en algunos casos inclusive éste proceso carioso puede establecerse también en la raíz (parte que está debajo de la encías) del diente.
Los dientes posteriores (molares y premolares), son más susceptibles a la caries ya que su forma o anatomía (surcos, fosas, puntos y fisuras), no más difíciles de limpiar, aparte de encontrarse en una zona más profunda de la cavidad oral. Igualmente la dieta rica en carbohidratos (azúcares) es otro factor que contribuye a la producción de caries, ya que las bacterias de la boca utilizan dichos azúcares como combustible o energía para proceder con el proceso de desmineralización o descalcificación del diente. Por otro lado la consistencia de éstos alimentos influye también en la facilidad o dificultad para poder limpiar los dientes, y el tiempo que pase el paciente sin cepillarse los mismos luego de haber ingerido alimentos, ya que 30 minutos luego de ésta ingesta, se produce nuevamente la placa bacteriana (cadena de bacterias) que inician el proceso de desgaste del diente.
Las principales manera de identificar las caries es por la presencia de manchas oscuras o grisáceas en los dientes o muelas de los pacientes, que generalmente se acompañan de acumulación de alimentos cuando ya se ha formado una cavidad o bien con la presencia de halitosis (mal aliento) o inclusive dolor.
El tratamiento más efectivo de la caries dental es la prevención utilizando una técnica de limpieza adecuada acompañada de un cepillo y una pasta dental adecuada y la visita periódica a su odontólogo.
En casos ya avanzados el tratamiento de la caries dental normalmente consiste en limpiar la cavidad formada en el diente, seguido luego de un relleno de un material del color del diente (resina) dejando al diente como si tal nada hubiese sucedido. En los casos más avanzados donde la cavidad formada por las bacterias es demasiado grande o profundo, el tratamiento de elección pueden ser procedimientos más complejos como las endodoncias o tratamientos que consisten en eliminar el nervio del diente una vez que éste se ha afectado y el paciente presente dolor.